Para hacer un buen cocido, un exquisito potaje o una rica ensalada, la clave está en añadir algunos garbanzos cocidos. Para congelar o guardar en conservas.
La noche antes de la elaboración de los garbanzos cocidos, tenemos que poner en remojo la legumbre. Ponemos los garbanzos en una cazuela llena de agua y les echamos una pizca de sal. Asegúrate de que el agua cubre por completo a los garbanzos.
Al día siguiente, justo antes de poner los garbanzos a cocer, debemos lavar bien la legumbre. A continuación, ponemos al fuego una cazuela con agua. Cuando el agua rompa a hervir, añadiremos los garbanzos y los dejaremos cocer hasta que queden tiernos.
El tiempo de cocción de los garbanzos es variable, dependiendo del tipo de agua, pero suele oscilar cerca de las 2 horas. Si lo haces en una olla rápida puedes tenerlos en 15 minutos.
Una vez que tengamos los garbanzos cocidos, los podemos usar para preparar un plato de cocido, para añadir a ensaladas, congelar o guardar en conservas, para utilizarlos en otro momento.
Foto orientativa: Joelk75
Si buscas una forma original de degustar un plato de garbanzos, aquí tienes una recete muy sencilla, con la que podrás hacer unos ricos garbanzos asados.
Con unos garbanzos, un poco de cebolla, ajo, un toque de romero y el sabor del chorizo, se puede preparar un plato completo y con un sabor delicioso.
Un buen plato de garbanzos energéticos, más suaves que el cocido, pero más sabrosos si cabe gracias al jamón, al hueso y a las verduras.
Un guiso de cuchara de esos de los que a las abuelas les gustaba tanto llevar a la mesa, con garbanzos, manitas, chorizo y repollo.
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